miércoles, 1 de mayo de 2013

3.500 GRACIAS

¡Así de claro y de sencillo!

Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias... así hasta 3.500 gracias. Porque sinceramente no sé como os puedo agradecer cada euro aportado para conseguir llegar a los 3.500 que necesitábamos. ¡Y los hemos conseguido! Gracias a cada uno de vosotros vamos a poder hacer realidad "Muros de Papel". Y digo a "cada uno"no solo por lo que os habéis convertido en mecenas del corto, sino también por tantos otros que nos habéis ayudado a difundir el mensaje en redes sociales compartiendo el proyecto. Porque os tengo que decir que sin vosotros no hubiese sido posible. Sé que suena a frase topicazo, pero es la pura verdad. Necesitábamos ayuda y toda ayuda esperada ha superado nuestras expectativas.

De hecho, y ya hablando a título personal, tengo que decir que alguna lagrimita me habéis hecho soltar, hijos de puta (esto con el mayor de los cariños). Sí, me habéis emocionado, no una, sino bastantes veces. Y cuando uno vive en sus propias carnes estos actos de generosidad y altruismo tan abrumadores, no lo queda otra que pensar "merece la pena". Merece la pena todo cuando uno tiene la suerte de sentirse tan arropado. Cuando todo resulta mucho más fácil de lo que inicialmente parecía. Cuando uno, y permítanme la versión pedante de la expresión, se siente millonario tan solo por la gente que le rodea. Así me siento hoy: millonario.

A los más de veinte profesionales que formamos "Muros de Papel" nos habéis hecho muy felices. Estamos tan agradecidos que ahora solo nos falta corresponder a vuestro inmenso apoyo. Y para ello sentimos que debemos asumir la mayor de las responsabilidades: la de realizar un corto a la altura de vuestra entrega en el proyecto. Nos habéis dejado el listón muy alto pero prometemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para no defraudar.

Tengo la extraña sensación de no podíamos tener mejor estímulo que el de hacer el mejor "Muros de Papel" que hayamos soñado, no por nosotros, sino por vosotros. Y creo que este estímulo es aún más fuerte. No os podemos fallar. Porque habéis confiado en nuestro trabajo sin pedir nada a cambio. Ahora somos nosotros los que os debemos un resultado. Os debemos "Muros de Papel".

Dicen que cuando uno hace algo por la gente que quiere, ese acto puede llegar a tener mucha más fuerza que cuando se hace por uno mismo. Vosotros nos habéis lanzado del trampolín más alto y vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para dar el mejor salto. Y con un equipazo como el de "Muros de Papel" y un apoyo como el vuestro no se puede fallar.

¡Sencilla y claramente, gracias!



  

domingo, 7 de abril de 2013

No es casualidad lo que está pasando, es causalidad

Con esta frase cerró el protagonista Louis el maravillosos ensayo de hoy. Y yo he tenido que volver a recurrir a la RAE para ser consciente del significado de la palabra. Causalidad: causa, origen, ley en virtud de la cual se producen efectos. Y en este proyecto la ley en virtud se podría denominar magia.

Magia de las de verdad. Ahora mismo me encuentro escribiendo esto con la piel de gallina. No sé muy bien por qué, pero todas las piezas están encajando de una forma abrumadora. ¿Es casualidad o causalidad que la última frase del guión dicha por el personaje de Louis haya sido dicha por el Louis actor en uno de los momentos más importantes de su vida? ¿Cómo pude siquiera intuir esta coincidencia? ¿Es casualidad que yo dibujase una casa y apareciese la maravillosa ayuda de Jorge, ofreciéndonos ese salón tal y como me lo había imaginado? ¿Es casualidad que cada persona que participa en este proyecto se esté uniendo a él de la forma más natural, ofreciéndose en muchos casos antes siquiera de ser consultados para participar en él?  

No puedo saber lo que está pasando, pero es simplemente maravilloso. Tan maravilloso como escribir un guión y descubrir todo lo que conlleva cada frase. Mi inconsciente una vez más se ha adelantado a mi consciente, ejerciendo en muchos casos de oráculo del futuro. De repente todo encaja. Y se me vuelve  a poner la piel de gallina cuando descubro que el texto estaba escrito para que el personaje de la protagonista Lida se volviese a agachar, esta vez para limpiar la mierda de su familia y no aquella mierda ajena por la que le pagan. ¿Cómo podía imaginarme que ese texto tenía un subtexto que mi inconsciente dejó plasmado para que mi consciente lo fuese descubriendo poco a poco durante el proceso? Os puedo asegurar que soy una de las personas más escépticas que podáis conocer en vuestra vida. Pero también os puedo decir que lo está sucediendo sobrepasa todo mi escepticismo.

El otro día fuimos a visitar al actor más pequeño del reparto, Raúl, de tan solo 5 añitos. Contamos a toda la familia en qué consistía la historia, ya que todavía no se habían leído el guión. La abuela del niño acabó llorando. Nos contó que había vivido la misma historia del corto y que sabía lo que se sentía. Creó que en ese momento yo también supe lo que se sentía. Esa joven abuela consiguió que yo también me emocionase, pero mantuve el tipo y continué la reunión retomando el rol de director. 

Hoy también he recordado una anécdota en la que una amiga me llegó a preguntar por qué quería hacer este corto. No entendía por qué un actor quería ejercer de repente de director. Yo le contesté "lo quiero hacer simplemente porque me apetece hacerlo". Mentí. No me apetecía hacerlo. Era necesario. Era necesario montarme en este tren para emprender este maravilloso viaje. Me siento como un niño de cinco años viajando por primera en su vida y disfrutando embobado de los paisajes más bellos que jamás se haya imaginado. Y digo bien, sentado y disfrutando, porque es la sensación que tengo. Parece todo en este proyecto viene simplemente porque tiene que venir. Como si las piezas de un puzzle hubiesen estado esperando por años a que alguien las encontrase y empezase a unirlas unas con otras. Creo que soy el afortunado niño que encontró la caja de ese puzzle. Y hoy creo que más que nunca que uno tiene que seguir sus impulsos. Mi impulso me llevó a escribir esta historia y este mismo impulso se ha vuelto contra mí multiplicado por mil. Cada uno de los que formáis este  proyecto representáis una pieza de puzzle única e inimitable y sumáis ese mil.

Y todo esto está sucediendo porque, como dijo el gran Louis, "No es casualidad lo que está pasando, es causalidad". Grandiosa causalidad la que estoy viviendo. Grandiosa gracias a todas las piezas de este increíble puzzle.

Esta entrada de blog es para vosotros, EQUIPO. Gracias. Gracias por conseguir que me olvide por un momento de mi escepticismo y que piense que a veces suceden cosas que superan el entendimiento humano. ¡Gracias por convertirme por un momento en la persona más crédula del mundo!







lunes, 18 de marzo de 2013

La anécdota

¿Sabemos observar? En mi opinión bastante menos de lo que deberíamos. Desde pequeñitos nos enseñan a hacer, y para aprender a hacer nos enseñan también a prestar atención y mirar con detenimiento. Pero creo que con los años se nos va olvidando la práctica de observar. Por eso, cuando pasa algo en tu vida que te obliga a parar, a dejar de hacer para simplemente observar, puede resultar maravillosa la experiencia. Ese día fue justo lo que ocurrió viviendo una bellísima anécdota como observador, aunque desgraciadamente no fuese bella y ni mucho menos maravillosa para la protagonista de mi anécdota.

Recuerdo la anécdota de aquella noche de hace tantísimos días como si hubiese sido ayer. Pero seguro que su protagonista no. Seguro que para ella fue una noche más en su cotidianidad. Y en aquella turbadora anécdota, una de ésas a la que no has sido invitado, me sentí invisible ante la protagonista. De hecho para ella nunca existí. Ella tenía cosas mucho más importantes en las que pensar.

Y es que en apenas diez segundos, sin necesidad de articular palabra, me contó tantas cosas que me sentí abrumado. Cosas como la capacidad de amar en su más pura esencia. Y me mostró la heroicidad necesaria para luchar día tras día y superar las enormes adversidades que le depara la vida por ese amor en el que cree. Y me habló de sacrificio y de fe, de una fe muy por encima de cualquier religión y creencia. De la fe necesaria para convertirte en heroína. Una heroína que no lo sabe porque nunca tuvo tiempo para pensar que lo era. Porque sencillamente tiene demasiadas cosas que hacer como para pensar en tonterías. Demasiado que hacer como para pararse a pensar. Demasiado que hacer como para parar.
    
Pero esa heroína anónima que conocí también sabía lo que estaba poniendo en juego. Desgraciadamente casi ningún sueño sale gratis. Y arriesgar por un futuro mejor puede conllevar demasiados sacrificios para conseguirlo. Sacrificios que se pueden acabar pagando muy caros.  Aquella heroína anónima estaba poniendo en juego el presente por un futuro. El de su familia. Y aquella heroína sabía que el daño ocasionado por ese futuro podría ser irreversible.


Aquella noche algo pasó. Algo mágico, cotidiano pero mágico. Triste y bello a la vez. Aquella noche menos de diez segundos fueron más que suficientes para mostrarme todo un pequeño universo de nuestra realidad al que nunca nos paramos a prestar atención. Y algo me dijo que aquella anécdota de la que fui testigo se tenía que contar. Y el verbo "tener" pronto se transformó en "necesitar".

Y ahora, a falta de menos de dos meses para el rodaje, soy más consciente que nunca de la necesidad de contar aquella maravillosa anécdota. Siempre he escuchado cómo los grandes artistas de la historia han reivindicado la necesidad de expresar lo que sentían con su arte. Ahora más que nunca la palabra necesidad cobra sentido para mí. Aquella heroína anónima lo estaba haciendo por necesidad. Nos toca tomar prestada esa necesidad para contar su historia con la más absoluta humildad. ¡Esperemos estar a la altura!




domingo, 10 de marzo de 2013

¡Gracias!

¡Bienvenido al blog del cortometraje "Muros de Papel"!

Desde este blog conocerás el proceso creativo del proyecto, y te iremos informando sobre todos los detalles de preproducción, producción y postproducción. También te iremos presentando al equipo técnico y artístico que lo hará posible.

Que "Muros de Papel" se haga realidad depende de que gente como tú se sienta identificada con él. Y quién sabe si gente como tú llega a enamorarse del proyecto tanto como todo el equipo que componemos "Muros de Papel".

En unos tiempos difíciles para dar salida a jóvenes creadores y nuevos proyectos artísticos, buscamos más que nunca la complicidad con el espectador final. Por eso queremos que te unas a nosotros en esta pequeña aventura del proceso creativo, y nos acompañes hasta el final. Porque sin espectadores no somos nada. Y hoy más que nunca necesitamos contar con espectadores como tú para hacer los sueños realidad.














Nuestro sueño se llama "Muros de Papel". Muy pronto dejará de serlo para convertirse en realidad. Y todo gracias a gente como tú. 

¡Gracias!